miércoles, abril 18, 2007

Sobre un almuerzo y el desvario de un asesino...

En el dia de ayer, en un ameno almuerzo que sostuve con Rodrigo, ex compañero de oficina, y su jefe actual en el Servicio de Salud de Coquimbo, me preguntaron: ¿como explicas tu como psicólogo lo que paso en EEUU?, ¿como un muchacho de 23 años puede llegar a tener esas conductas vejatorias y llegar a matar a otro ser humano?.
No puedo negar que por mi cabeza pasaron libros de psicopatologías, papers sobre estados maníacos y la figura de mas de algún profesor intentando descifrar este hecho.Mi explicación solo se sostuvo en una premisa: Experiencias de vida traumantes en el pasado que pudieron afectar su realidad actual.
Y fue el hecho de ver el noticiario hoy en la mañana que me di cuenta que tan lejos de esa realidad no estaba. Cho Seung Hui, 23 años, de nacionalidad coreana, había tenido un historial de depresión, tratamiento farmacológico por su padecimiento, simplemente, bordeo la locura. Según se expone en variados medios (dentro de los cuales están este tipo de bitácoras - blogs), Cho simplemente fue cegado por una infidelidad, lo que motivo su accionar.
No puedo negar que mis creencias hacen referencia también al fácil acceso en EEUU a comprar y portar armas de grueso calibre libremente en sus hogares, oficinas y calles. Aspecto que deberían de empezar a considerar si no quieren que hechos como estos (que se vienen postulando desde la década de los 70') se vuelvan a repetir.
¿Como una mente joven, puede cerrarse a los postulados que "nosotros" creemos normales?, muchos podrían aportar que se debe al acceso que han tenido estas nuevas generaciones a adiestramiento en manejo de armas, no estoy hablando de entrenamiento militar o para militar, si no mas bien el adiestramiento de apuntar y disparar en casa o en los centros de juegos. Exacto, el jugar a Land of Dead, o Virtual Cop, hacen que el adiestramiento de la motricidad coordinada sea reforzada una y otra vez. Se que estoy lanzando piedras a lo mismo que yo soy un fanático acérrimo (los videojuegos), pero no puedo dejar de negar que es una enseñanza mas en nuestra adolescencia.
Si bien estoy postulando estas palabras solo desde mi visión (desconozco si realmente Cho jugaba algo, no como lo acontecido en Columbine en el año 99, donde si hay testimonios que afirman su posible adicción a juegos de este tipo), creo que no se pueden dejar de lado.
Aun no he podido responder a la pregunta que Rodrigo me hizo, creo que hoy tengo mejores argumentos: Simplemente, un estado de psicopatía aguda y quizás crónica, hizo que este joven matara a 33 personas y dejara a mas de una veintena al borde de la muerte.
Desde este rincón, aliento a las familias que perdieron a sus seres queridos, apoyo a los que no lo olvidaran nunca, y un expreso llamado de atención a un gobierno en decadencia moral.

Fernando Molina P.
Psicologo

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